viernes, 22 de octubre de 2010

Zahira Kamal: "Cuando nos empezamos a llamar feministas fue como una bomba"


Zahira Kamal tiene 65 años y es directora del centro de estudios sobre la mujer palestina, dependiente de la Unesco. Entre 2003 y 2006 hizo historia al frente del primer ministerio de Asuntos de la Mujer. Licenciada en Física y Química, vive en Jerusalén, trabaja en Ramala y está en Madrid como ponente del IV Congreso internacional de Feminismo Islámico. Ganó su primera batalla feminista cuando convenció a su padre de que no reservara para sus hermanos varones los ahorros para la Universidad y la mandara a ella a El Cairo.

¿Cómo adquirió conciencia feminista?

Mi padre murió siendo yo muy joven y tuve que hacerme cargo de siete de mis hermanos, de los que digo con orgullo que todos fueron a la Universidad y ocupan buenas posiciones. Eso me hizo darme cuenta de la importancia de la educación. Por aquella época no nos llamábamos feministas, francamente. Nuestra lucha era la liberación del pueblo Palestino víctima de una ocupación. Feministas eran mujeres occidentales cuyas luchas no encajaban con nuestras necesidades básicas de independencia, educación y salud. Más tarde me di cuenta que nuestras iniciativas también eran feministas, porque buscábamos dar poder a la mujer promoviendo la educación universitaria y con campañas de alfabetización femeninas.

¿Cómo se tomaron los hombres vuestra etiqueta feminista?

Cayó como una bomba. Creyeron que nos habíamos vuelto comunistas y no sé que más cosas. Pero entonces hicimos varios talleres para explicar que, según el Corán, el islam promueve la libertad, la liberación de las personas, la igualdad y que es una errónea interpretación de la 'sharia' (ley que rige la vida y la moral musulmana) la que estaba detrás de la discriminación a la mujer.

¿Cuándo percibió que el suyo era un movimiento internacional, que se daba en varios países árabes?

Hasta 1985 estuvimos bastante aisladas, no teníamos acceso ni a libros, no nos dejaban pasarlos por la frontera, ni por supuesto existía Internet. Pero la conferencia de la mujer de Nairobi de ese año nos abrió al mundo. Vimos que algo se estaba moviendo. Nos dimos cuenta de que nosotras luchábamos por dar poder a las mujeres, y aprendimos del intercambio de experiencias.

¿Cuáles son los logros de su lucha en Palestina?

Muchos. Hemos reducido del 50% al 8% en analfabetismo entre las palestinas. En los años 80 había muy pocas mujeres en la universidad, hoy son mayoría. En las licenciaturas de ciencias las mujeres se podían contar con los dedos de una mano. Ahora ya son mayoritariamente mujeres. En las ingenierías, por ejemplo, había cinco mujeres y ahora suponen el 20%. Además, hemos participado en la discusiones legislativas en favor de los derechos humanos, intentando hacer reformas en aquellas leyes que discriminan a la mujer y que datan el imperio otomano o de la influencia colonial británica. La ley civil y la penal discriminan aún a la mujer. No podemos desplazarnos sin la autorización del padre, esposo o 'guardián', figura que era a veces un hermano o incluso un hijo. No nos dejan decidir con quién nos casamos y la edad legal para contraer matrimonio es demasiado baja. Ahora estamos luchando por conseguir esos cambios.

¿Cómo ha marcado su feminismo la ocupación israelí?

Nos dimos cuenta de que la batalla que librábamos por la independencia y los cambios sociales no estaba reflejada en la Autoridad Palestina. Fue un tema polémico. Empezamos a usar el lema de que si mujeres y hombres formábamos pareja en la lucha por la independencia, también debíamos construir juntos nuestro Estado Palestino. En 1996 cinco mujeres fueron elegidas en un Parlamento con 88 escaños... es un avance.

¿Cuál es la dimensión del feminismo en Palestina?

Es minoritario pero está registrando avances políticos y sociales. Lo que pasa es que aún no hemos oído hablar a nuestras hermanas en los partidos islámicos. Espero que en el futuro mejore nuestra cooperación con ellas, porque nosotras también somos musulmanas, pero feministas, convencidas de que ha de haber cambios para la mujer. Cambios a mejor. La mayoría de las mujeres musulmanas apoyan las iniciativas para mejorar la educación de las mujeres, pero hay debate en aspectos como el derecho matrimonial.

¿Qué espera del congreso de feminismo de Madrid?

Estoy deseosa de conocer a otras mujeres musulmanas para ver como están llevando a cabo la lucha de la mujer, para ver qué cambios han conseguido y traer estrategias para comunicar mejor nuestra lucha, así como sumar apoyos para la batalla por la independencia de Palestina.
 

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