Jonathan Cook
El alcalde de Jerusalén amenazó la pasada semana con demoler 200 casas de las barriadas palestinas de la ciudad en una medida que incluso él admitió que probablemente haría que se desbordaran las ya largas y agitadas tensiones que rodean el problema de la vivienda en Jerusalén Este.
Su postura representa la última etapa de una prolongada batalla legal sobre un único edificio que domina el revoltijo de modestas casas de Silwan, una atestada y depauperada comunidad palestina que se encuentra justo fuera de las muros de la Ciudad Vieja, a la sombra de la plateada cúpula de la mezquita de Al-Aqsa.
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