Excelente articulo de Monica G. Prieto acerca de la campaña de desinformación lanzada por el ejercito israeli contra la flotilla de la libertad que en estos momentos navega rumbo a GAza.
Aspecto del carguero turco con 600 activistas, parte de la flotilla de Free Gaza. (Free Gaza)
En la ofensiva israelí de 2006 contra el Líbano, uno de los muchos correos electrónicos de la Oficina de Prensa del Gobierno de Israel llamó mi atención. Se trataba de la petición de una ONG local en la que se pedía la movilización internacional para proteger los perros y gatos del norte de Israel, objetivo de los cohetes de Hizbulá. Allí me encontraba, cubriendo el conflicto y constatando los limitados daños en territorio israelí mientras, al otro lado de la frontera, llegaban imágenes de destrucción total y noticias de centenares de muertos. Al principio pensé que era una broma de mal gusto, pero el lacónico mensaje carecía de ironía. La misma que le sobraba al último e-mail del mismo servicio de prensa que me ha vuelto a desconcertar, recibido hace dos días y titulado “Restaurante en Gaza”.
“Ante la llegada prevista de corresponsales extranjeros a Gaza para cubrir las supuestas dificultades humanitarias del territorio administrado por Hamas, y como parte de los esfuerzos para facilitar el trabajo de los periodistas en la región, la Oficina de Prensa del Gobierno se complace en llamar su atención sobre el menú del Restaurante y Club Roots de Gaza. Nos han dicho que el filete de ternera y la crema de espinacas son especialmente recomendables”.
El simpático mensaje electrónico se refiere al único restaurante que se puede considerar de lujo en la franja, frecuentado exclusivamente por extranjeros y en rara ocasión por palestinos adinerados, e impensable para el 95% (siendo generosos) de la población. Critica la existencia de un lugar sin carencias visibles –gracias a los productos de contrabando que llegan por los túneles egipcios más que a los autorizados por Israel- para así apoyar el argumento de que la flotilla humanitaria que se dirige a Gaza para distribuir ayuda a 1.5 millones de personas es innecesaria y “una provocación” en palabras del coronel Moshe Levy, alto responsable israelí para Gaza, dado que en la franja palestina “las tiendas rebosan productos”, según el portavoz israelí Mark Reguev.
Se trata de desacreditar la iniciativa de la flotilla (10.000 toneladas de ayuda humanitaria, 750 personas de 50 nacionalidades, desde supervivientes del Holocausto a diputados israelíes pasando por humanitarios y periodistas), que navega a estas horas por el Mediterráneo con el objetivo de romper el cerco de cinco años sobre Gaza. Un asedio que, según Amnistía Internacional, ha hecho dependientes de la ayuda internacional a 4 de cada 5 ciudadanos, “golpea duramente a los más vulnerables, niños, ancianos y enfermos” y “mantiene al 1.5 millones de palestinos aislados del resto del mundo, restringiéndoles a las fronteras de Gaza y limitando enormemente la importación de bienes esenciales y suministros”.
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