Eugenio García Gascón
Israel prohíbe entrar en la franja de Gaza incluso a sus mejores amigos. Es lo que ha ocurrido con el ministro para la Ayuda al Desarrollo alemán, Dirk Niebel, quien en vano ha intentado cruzar la verja que separa Israel de la franja. Niebel quería examinar sobre el terreno un proyecto de 12 millones de euros que financian los alemanes y que está relacionado con el alcantarillado. Pero aparentemente a Israel le ha parecido que se trata de un proyecto muy peligroso. Y eso que Alemania ya ha regalado a Israel tres submarinos con capacidad nuclear en los últimos años.
“En algunas ocasiones Israel no se lo pone fácil a sus amigos para que expliquen su comportamiento”, ha dicho Niebel. Esto es así no sólo en algunas ocasiones, como dice Niebel, sino muy a menudo. Israel casi nunca atiende a las peticiones de sus amigos o enemigos. Sólo lo hace cuando obtiene beneficios directos de su política. En general Israel trata de que la vida de los palestinos de Cisjordania y Gaza sea lo más miserable posible. De ahí que no deba chocar a nadie que prohíba la entrada en Gaza de Niebel, que no es un izquierdoso sospechoso sino un miembro del partido liberal ligado al partido de Angela Merkel, que tampoco es muy sospechosa a causa de sus estrechos vínculos con Israel.
Niebel ha dicho también lo siguiente: “Se trata de un gran error diplomático. Para Israel este es el minuto 89, y los israelíes están aprovechando cada ocasión que se les presenta para perder tiempo. El bloqueo de Gaza no es una señal de fuerza sino de miedo”. Y Niebel es tan poco sospechoso que incluso estuvo trabajando como voluntario en el kibutz Kfar Guiladi, como en su momento hicieron tantos otros jóvenes idealistas europeos y americanos.
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